Boca abajo y entre rocas durante siete horas, así quedó una mujer de 23 años que intentó recuperar su teléfono; una arriesgada ‘hazaña’ que casi le cuesta la vida.
Sucedió en el valle de Hunter, en Australia, cuando en medio de una excursión, una mujer perdió su celular entre bloques de piedra.
Boca abajo y entre rocas durante siete horas, así quedó una mujer de 23 años que intentó recuperar su teléfono; una arriesgada ‘hazaña’ que casi le cuesta la vida.
Sucedió en el valle de Hunter, en Australia, cuando en medio de una excursión, una mujer perdió su celular entre bloques de piedra y al intentar agarrarlo, resbaló en una grieta de tres metros, quedando solo con las plantas de los pies a la vista.
La inusual noticia fue compartida por CNN, junto con fotografías del servicio de ambulancias de Nueva Gales del Sur (NSW, por sus siglas en inglés).
En primera instancia, sus amigos intentaron ayudarla, pero después de una hora se rindieron y pidieron ayuda al servicio de ambulancias.
El rescate tomó un tiempo de siete horas, en el que intervinieron la Policía, la ambulancia, los bomberos y los equipos de rescate voluntarios.
Según recoge la nota de CNN, se retiraron varios bloques de piedra pesados para crear un punto de acceso seguro, luego construyeron un armazón para llevar a cabo lo que se estaba convirtiendo “en una operación muy delicada”.
“Con ambos pies ahora accesibles, el equipo enfrentó el desafío de deslizar a la paciente a través de una curva estrecha en forma de ‘S’ durante el transcurso de una hora”, compartió la ambulancia de NSW en una publicación en Facebook.
Para su liberación se utilizó un cabrestante que permitió el movimiento de un bloque de 500 kilogramos.
La joven solo presentó rasguños y moretones menores. Sin embargo, fue llevada a una casa médica para observación. Su teléfono finalmente quedó entre las rocas.
Este acontecimiento sorprendió a varios de los rescatistas. “En mis diez años como paramédico de rescate, nunca había encontrado un trabajo como este; fue desafiante pero increíblemente gratificante”, confesó Peter Watts, paramédico especialista en rescate. (I)
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