El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos no solo ha sido un revés para los demócratas que tendrán que dejar la presidencia ante el candidato republicano sino también para varios artistas e incluso para la realeza.
El próximo mandatario de Estados Unidos no tiene buena relación con los duques de Sussex.
El triunfo de Donald Trump en Estados Unidos no solo ha sido un revés para los demócratas que tendrán que dejar la presidencia ante el candidato republicano sino también para varios artistas e incluso para la realeza.
Uno de los afectados serían los duques de Sussex, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markel, que han mantenido una relación tensa con el excéntrico millonario.
La relación entre ambos se remonta al 2016, cuando la actriz lo calificó como divisivo y misógino en un programa de televisión. Para ese entonces no se conocía de la relación con el príncipe Harry. Debido a su personalidad, a Trump no le cayeron bien las declaraciones aunque esperó varios años para difundirlas.
Fue en el 2019 cuando Trump se refirió a ella como desagradable y aunque trató de suavizarlas culpando a la prensa, ya no hubo vuelta atrás.
La pareja vive en Estados Unidos tras su salida de la Familia Real. El príncipe Harry también ha sido blanco de sus críticas al que ha calificado como traidor por dejar a la Reina Isabel II y anticipó que su matrimonio será un fracaso.
En una entrevista Trump dijo que Markle dejará al príncipe cuando le guste más otra persona.
De igual manera descartó que tendrá un trato preferencial con el príncipe, su hijo Eric también ha tenido una postura dura con la pareja a la que considera como “dos manzanas podridas”.
Justamente Eric fue el que planteó la posible revocatoria de visado de Harry. Esto porque en sus memorias confesó que consumió drogas en su juventud, lo cual mintió cuando solicitó su permiso de residencia.
Actualmente, los duques de Sussex cuentan con otras propiedades, incluso en Europa a la cual podrían llegar ante una eventual salida de Estados Unidos. (I)
El Universo