Podría parecer insólito, pero el escupir en una vereda le costó la libertad a un hombre que llevaba más de 35 años escondiéndose de la justicia. Según los fiscales del caso, gracias al ADN de su saliva se lo pudo hallar culpable de un asesinato cometido en 1988.
Podría parecer insólito, pero el escupir en una vereda le costó la libertad a un hombre que llevaba más de 35 años escondiéndose de la justicia.
Podría parecer insólito, pero el escupir en una vereda le costó la libertad a un hombre que llevaba más de 35 años escondiéndose de la justicia. Según los fiscales del caso, gracias al ADN de su saliva se lo pudo hallar culpable de un asesinato cometido en 1988.
Según CBS News, el hombre de 65 años, de nombre James Holloman, fue detenido sin derecho a fianza por el cargo de asesinato en primer grado en el Tribunal Superior de Suffolk. Él residía en Dorchester.
Este asesinato ‘sin resolver’ ocurrió el 27 de mayo de 1988 en Roxbury, cuando a Karen Taylor de 25 años fue apuñalada 15 veces. El cuerpo fue encontrado por la familia, tras una llamada previa realizada por la mamá de la joven, que fue respondida por su nieta de tres años. La menor había indicado a su abuela que su mamá estaba durmiendo y no despertaba.
De acuerdo a las investigaciones empezadas en ese entonces, la policía de Boston encontró el ADN de una persona bajo las uñas de las manos de Karen. 35 años después, esta prueba coincidió con el ADN de Holloman, quien también había dejado rastros en un cigarrillo y una remera encontrada en la escena del crimen.
El veredicto de este caso podría conocer el próximo 29 de octubre, cuando sea la próxima audiencia. (I)
El Universo