El desarrollo de una relación de pareja a lo largo de una década sin una línea de tiempo definida. Eso es lo que propone El tiempo que nos queda, película protagonizada por los actores Andrew Garfield y Florence Pugh que llegó a las salas de cine ecuatorianas el 31 de octubre.
El director John Crowley presenta un envolvente, conmovedor y vibrante drama que se desarrolla en Londres.
El desarrollo de una relación de pareja a lo largo de una década sin una línea de tiempo definida. Eso es lo que propone El tiempo que nos queda, película protagonizada por los actores Andrew Garfield y Florence Pugh que llegó a las salas de cine ecuatorianas el 31 de octubre.
Son los galardonados cineastas John Crowley (director) y Nick Payne (guionista) quienes traen este envolvente, conmovedor y vibrante drama que enseña una historia de amor que logra trascender las barreras y límites del tiempo, a pesar de los desafíos que presenta la vida.
“Me atrajo la idea de usar el tiempo de manera cinematográfica para expresar lo que realmente se siente al estar dentro de una relación”, comenta el director, Crowley. “Almut y Tobías se enfrentan al dolor, como todos lo hacemos, pero esto solo agudiza su humor, su alegría y su deseo de vivir conscientemente”.
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El filme sigue la vida de Almut (Pugh) y Tobías (Garfield), dos almas perdidas en la gran ciudad de Londres que, tras un inesperado accidente, encuentran en el otro un amor que los cambiará para siempre. Durante el camino que comparten, se enfrentarán a una enfermedad que pretende destruir sus sueños y anhelos, descubrirán lo que el verdadero amor puede superar y construirán un hogar a partir de su primer encuentro, que aunque fue descabellado y vergonzoso, los unió para siempre. Aprender a valorar cada pequeño instante de felicidad que la vida les brinda es uno de los retos que tomarán juntos.
“Disfruté algunas de las escenas más difíciles que he tenido que hacer porque fue maravilloso trabajar con alguien con quien me sentí tan segura y que me inspiró mucho en ese momento… Bailábamos juntos. Todo lo que él hiciera, yo lo recibiría, y todo lo que yo hiciera, él lo recibiría. Eso es lo que tenía tanta vida en esta experiencia“, confiesa Pugh sobre trabajar con Garfield.
“Esta es una historia que abre tu corazón a la belleza y el misterio de la vida. La gran lección que Tobías aprende de Almut es que en cualquier vida que valga la pena vivir, inevitablemente tendrás pérdidas, pero tienes que dejar entrar tanto amor como sea posible”, agrega Garfield. (E)
El Universo
